domingo, 27 de julio de 2008

Té para dos ó Instrucciones para tomar una taza de té para dos en solitario

(Foto: robada descaradamente a Vicente Salvatierra - ver "Los ojos de Vicente")

Cuando el mozo se acerque a preguntarle "¿qué se va a servir el señor?", responda con naturalidad "dos tés por favor". Seguidamente, el empleado le preguntará si prefiere que el segundo té sea preparado al llegar su acompañante. A lo que usted debe responder negativamente con cara de circunstancia.Es de esperarse que a continuación usted pida el diario, para que el tiempo que transcurre entre el instante en que el mozo se dirije a la barra y la llegada de la infusión, transcurra lo más justificadamente. De este modo, usted podrá evitar cualquier tipo de mirada compasiva por parte de los demás clientes que estarían haciendo ya sus conjeturas propias acerca de la espera en solitario.Cuando reconozca el momento oportuno, dirija su mirada melancólicamente hacia el vidrio de la ventana más próxima que de a la calle. Simultáneamente, inicie un rítmico repiqueteo sobre la superficie de la mesa, inhale y exhale en forma de suspiro al menos dos veces.A esta altura el mozo estará acercando las dos tazas blanquísimas que contienen el té. Durante los segundos que tardará el hombre en llegar a destino, retome su lectura del diario y pretenda estar sutilmente sorprendido frente a su arribo. Es presumible que inmediatamente antes de apoyar pesadamente la taza sobrante le dirija una mirada imperativa, expectante de las instrucciones correspondientes a la ubicación de la pieza blanca sobre el mantel. Con un leve cabeceo déjele en claro que la quiere justo enfrente suyo. Varios centímetros alejada de la taza que usted ha asumido como propia.Una vez finalizado el proceso, tome la taza más próxima y dele un trago. Y otro. Y otro. La operación debe llevarle el tiempo justo para no quemarse y suficiente para justificar el desfasaje respecto del tiempo de espera.Dirija luego su mirada al horizonte y sacuda una de sus piernas ansiosamente, hasta que el mismo impulso energético lo lleve a tomar la otra taza. Llene su vacío personal frente a la inútil espera con un par de tragos violentos. Y ya no espere.

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