domingo, 24 de agosto de 2008

Alquimia



Parte belleza

una colilla al

egoísmo

y punto

sos poema.

lunes, 18 de agosto de 2008

Otra comunicación es posible



Fran se coloca el pasamontañas y su mirada se transforma. Cierto es que la imagen de por sí resulta impactante. Pero no es exactamente eso lo que provoca la transfiguración. Cuando este mejicano se tapa el rostro muestra sus convicciones, su existencia política y genera la sensación con sus palabras de que su discurso se encuentra siempre en estado de construcción.

Ilich nació en Tijuana, México, en 1975. Es zapatista. Y digo que es zapatista, porque vive como zapatista, sueña como zapatista y su trabajo se encuentra atravesado profundamente por el espíritu de la lucha libertaria subcomandada por Marcos.

Resulta algo curiosa su presencia en el España Córdoba, pero Ilich ocupa el espacio y despliega sus ideas y proyectos con la serenidad de quien se encuentra convencido de la necesidad del encuentro con otros. Algunos cordobeses se han acercado a escucharlo. Fran no viene a hablar expresamente de política, sino de narrativas digitales. Sin embargo, explora las "otras narrativas posibles" en el uso de las tecnologías de la comunicación y lo hace con todo el sentido político que este uso puede llegar a tener.

El mejicano habla de los muertos de Oaxaca que nunca tuvieron presencia en los medios masivos y narra la necesidad de contar con "otras estrategias de comunicación". Y como buen zapatista, no se trata de un derroche de palabras inertes, sino que cada uno de sus dichos se apoya en una experiencia vivida en estado de transformación. El que se acercó a buscar recetas para aplicar a nuestra realidad local, seguramente siente que se fue con las manos vacías. Ilich hizo referencia a proyectos digitales que se encuentran ligados a realidades locales, propias de su pueblo. Para otras realidades, otras transformaciones, otras narrativas. Aunque al describir las grietas que exploran los comunicadores que trabajan desde el zapatismo, apareció quizás un vector común próximo a nuestros campesinos del norte cordobés, a los pueblos originarios de nuestra américa.

Ilich ejerce su activismo digital desde la década del '90 y es el editor de la revista electrónica Cinematik. Además, ha publicado dos novelas (Metro-pop y Tekno guerrilla). "Fiction Department" es su proyecto más reciente, desde allí trabaja el género de la novela como herramienta de reinterpretación de la cultura popular. Como si todo esto fuera poco, este joven mexicano impulsa junto a otros compañeros la existencia de un servidor de internet alternativo (Possible Words) que cuenta ya con muchísimas páginas web subidas e incluso sustenta un programa económico de préstamos para lograr así mantenerse trabajando. Desde ese refugio, "Possible Words" combate la desinformación generada por las grandes empresas multimedia, como es el caso de Televisa, una mega cadena televisiva mexicana que al verse duramente criticada intentó hackear el servidor zapatista en varias oportunidades.

Militando el software libre y la democratización del acceso y producción de la información, Ilich sembró algunas preguntas tras su visita por nuestra ciudad la semana pasada y se fue despacito, andando, haciendo el camino a cada paso.

Visitá estos sitios! Conocé más sobre el trabajo de Ilich y del EZLN!

http://possibleworlds.org/
http://ficcion.de/

www.ezln.org.mx

http://www.margen.org/desdeelmargen/num4/estela.html

http://ccec.org.ar/ccec/calendario/otra-narrativa-es-posible-fran-ilich/

http://www2.lavoz.com.ar/nota.asp?nota_id=230692

domingo, 10 de agosto de 2008

Manifiesta


No corren los segundos
amor
destilan
desánimos aparentes
una mano me ofrece cruzar
y la San Martín es
Rue sin Pont des Arts
no encontrar
nada
ni a vos
¿te asusta?
Miedo no es
ese sonido del silencio
o tus puños cerrados
débiles
espejos infalibles
delatan
presente autoinvocado
mereceremos
lo luchado
a cada cepo
su esclavo
y no te niegues
al propio peso
de la balanza
ya sabemos no
hay tierra o
cielo
sólo números
inexactos.

lunes, 4 de agosto de 2008

Cuerpo Reconocido


La muerte resulta probablemente uno de los temas más difíciles de abordar para el arte. No sólo por los tabúes sociales que lo rodean, sino también porque desde los tiempos de las civilizaciones más antiguas el cuerpo de una persona muerta reclama ciertos rituales esenciales para concretar el pasaje a mejor vida y esto arrastra cierto respeto por lo sagrado. Lo cierto es que la presencia del cuerpo sin vida despierta ciertas disposiciones sociales ligadas a lo fúnebre, al velorio, a la sepultura. Nadie espera que alguien se ría a carcajadas en una sala velatoria, o que los allí presentes hablen a los gritos. Por el contrario, tal como lo describiese Cortázar en uno de sus cuentos, la conducta en los velorios suele rozar el rito masoquista y la hipérbole de la tristeza, colectivamente valorada y decodificada como amor por el muerto.
Quizás, más complejo que esto sea para el artista el abordaje de la desaparición del cuerpo, la imposibilidad de realización del ritual, la ausencia total de lo sagrado y la consecuente imposibilidad de otorgarle descanso al alma de la persona. En una de sus tragedias, Sófocles corporiza esta idea con Antígona, hija de Edipo y hermana de Polinices, quien luego de ser asesinado es sometido a la más cruel de las humillaciones posibles: la negación de la sepultura. Creonte, rey déspota, tío y contendiente de Polinices le impide a este morir con dignidad al prohibirle alcanzar el honor de la sepultura. Indignada y dolida en la profundidad de su espíritu, Antígona no descansa hasta conseguir enterrar el cuerpo de su hermano muerto, para dignificar así públicamente su imagen.
Retomando esta cuestión, la dramaturga argentina Griselda Gambaro crea “Antígona Furiosa”, una versión local de la tragedia griega que se relaciona con la nefasta figura del desaparecido, creada por los represores de la última dictadura militar. En esta obra teatral, Antígona se encuentra simbolizando a aquellos que pelean para no olvidar, las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. La búsqueda del cuerpo, la lucha por la memoria, la verdad y la justicia que impulsan los organismos de Derechos Humanos, encierran en el fondo esta necesidad básica de los familiares y allegados a las víctimas (más allá de los objetivos esencialmente políticos) de poder enterrar a sus muertos. Saber dónde están, qué les sucedió y facilitar su paso al otro lado con dignidad y honor. Desaparecer los cuerpos, implica desaparecer el derecho a dignificar la muerte.
Presenciando la performance de la guatemalteca Regina Galindo, hoy reflexioné sobre todas estas cuestiones. Recordé también y reviví aquellos momentos en los que debí enfrentar la muerte de un ser querido. También recuerdo cuántas veces presencié el ritual del velorio de tantos desconocidos, junto a mi abuela, que trabajó durante años como funebrera (qué trabajo, por dios). Recuerdo gritos desgarradores, olor a café recalentado, el sonido del murmullo por lo bajo, el momento de las anécdotas, amaneceres inminentes. En todos esos recuerdos, existe un espacio del tiempo ocupado por la contemplación del cuerpo, la certeza del final del final. El cuerpo presente, reconocido, evidente.
Cuando estuve frente al cuerpo inerte de Regina, cubierta por una sábana blanquísima, sentí el contenido deseo de mirar. Pero descubrir el cadáver se anunciaba casi con la calidad de un morboso instinto profanador sostenido por incontables tabúes. No podía, sin embargo, abandonar la sala. Finalmente alguien se atrevió a correr el cobertor. Ya la certeza alcanzada. Sólo a partir de ese momento me sentí libre de abrir la puerta, salir e irme tranquilamente a casa.


En la web



Equipo Argentino de Antropología Forense http://eaaf.typepad.com/eaaf__sp/

sábado, 2 de agosto de 2008

Actitud Sábado Retro




Rutas argentinas
Almendra/Luis Alberto Spinetta


Tengo los dedos superateridos de tanto esperar a ese hombre que me lleve por las rutas argentinas, rutas argentinas, rutas argentinas, hasta el fin. Tengo la mente super consumida de tanto esperar a ese auto que me lleve por las rutas argentinas, rutas argentinas, rutas argentinas hasta el fin. Chicas y muchachos nos esperan allá llevamos buenas cosas, llevamos buenas cosas, chicas y muchachos nos esperan allá, pero nadie nos quiere llevar. Tengo los dedos superateridos de tanto esperar a ese auto que me lleve por las rutas argentinas, rutas argentinas, rutas argentinas, hasta el fin. Chicas y muchachos nos esperan allá llevamos buenas cosas, llevamos buenas cosas, chicas y muchachos nos esperan allá, pero nadie nos quiere llevar. Tengo los dedos superateridos de tanto esperar a ese auto que me lleve por las rutas argentinas, rutas argentinas, rutas argentinas, hasta el fin...

Tarareando este tema me voy de acá...ya me fuí...y viene la música!